pies

Uno de cada tres bebés recién nacidos tiene alguna alteración ortopédica.

Para que un bebé camine adecuadamente, además de sostenerlo, se le debe llevar con el médico a tiempo.

Es importante percatarse a tiempo, desde que el niño comienza a caminar, si éste tiene algún problema o tiende a tenerlo después.

Un gran porcentaje de los recién nacidos presentan trastornos ortopédicos.

Cuando un niño que empieza a caminar y se cae mucho o se ve zambo o se le ve el pie plano (sobre todo si es el primer hijo), se escuchan una gran variedad de opiniones diferentes entre sí como, por ejemplo: “no te preocupes, se le va a quitar cuando crezca”; “lo que pasa es que se parece a su papá”; “es que está muy tiernito”; “no importa, se va a componer cuando tenga 2 ó 3 años”.
Incluso, en ocasiones le preguntamos al médico de nuestros hijos y éste comenta que hay que esperar hasta los 2 años o incluso hasta los 3 para enviarlo al ortopedista.
Este modo de pensar no es correcto debido a que, en muchas ocasiones, existen padecimientos que de iniciar su tratamiento en los primeros meses o, incluso, días de edad, el resultado es mucho mejor que si se inicia después de la marcha.
Aproximadamente, un 30 por ciento de todos los recién nacidos presentan algún tipo de alteración ortopédica; esto quiere decir que prácticamente uno de cada tres bebés recién nacidos tienen alguna alteración que va a requerir un tipo de manejo ortopédico.

Diagnóstico desde temprano
Existen varios tipos de patología que se pueden presentar en las etapas más tempranas, por lo que se debe poner énfasis en hacer una exploración temprana.
Además de revisar que las manos y pies estén correctos en la forma y número, el pediatra revisa las caderas porque existen casos donde el bebé nace con una alteración que antes se le llamaba luxación congénita de caderas y que en la época moderna se pudo comprobar que no todas las caderas nacen luxadas por lo que no se puede llamar “congénita”, ni tampoco “luxación” sino, en la mayoría, de las veces es una displasia del desarrollo.
Si se inicia su manejo en los primeros meses, la resolución puede ser casi total con la ayuda de ejercicios y, en raras ocasiones, un arnés ortopédico, pero después de los seis meses de edad, por lo general, requieren de una cirugía e inmovilización con yeso.
Además, en el nacimiento, a nivel del pie se puede encontrar trastornos como el metatarso varo, que puede corregirse con ejercicios en los casos flexibles y/o colocación de bota de yeso en los casos resistentes.
Es posible la corrección del pie equino varo, también conocido como pie bott, cuando se trata desde el momento del nacimiento con la colocación de yesos correctivos, y en la mayoría de los casos esto se logra sin tener que llegar a procedimientos quirúrgicos.
En ambos casos, es recomendable que los pies estén alineados antes de la edad de la marcha para que ésta sea lo más fisiológica posible.

Procure la evaluación correcta.
Las alteraciones de la columna, como la escoliosis congénita o la espina bífida (mielomeningocele) se deben evaluar antes de los seis meses de edad para iniciar con su tratamiento temprano en conjunto con medicina física y rehabilitación.
Cuando se presentan bebés con antecedentes de falta de oxígeno al nacimiento (hipoxia neonatal), prematurez o alguna infección del sistema nervioso central, entonces, además de ser evaluado por el neurólogo y por el médico rehabilitador, debe ser visto por el ortopedista a más tardar a los seis meses para detectar posibles secuelas ocultas, como luxación paralítica progresiva de cadera, o contractura de los aductores o de los músculos isquiotibiales que van a dificultar el inicio de la marcha.
En cuanto a las alteraciones al caminar, es mejor tener una evaluación correcta del patrón de marcha que presenta el niño al inicio de ésta, sobre todo para poder detectar anomalías, principalmente la marcha aducto o con rotación hacia adentro.
Al inicio de la misma, el niño podrá tener las puntas hacia fuera pero nunca hacia adentro, ya que esto no se considera como normal, y esto puede ocasionar caídas frecuentes.
Las rodillas separadas, o muy juntas, se evalúan entre el primer y segundo año de vida ya que es en este tiempo donde se presentan las alteraciones en Genu valgo (piernas de catre) o Genu varo (charrito), las cuales deben detectarse lo más temprano posible.
Como vemos, una gran cantidad de alteraciones ortopédicas que se presentan en la edad pediátrica se pueden detectar e iniciar con su tratamiento adecuado antes de los dos años.
Así se puede entender el porqué no vale la pena retrasar la visita al ortopedista ya sea ésta por referencia del médico pediatra, o por inquietud de los padres (y muchas veces de las abuelas), sobre todo cuando se tenga la mínima sospecha de que esté presente alguna anormalidad.

Detéctelas a tiempo

1.- Alteraciones genéticas. Aquí se encuentran todas aquellas alteraciones donde existe un problema en el código genético y éste se encuentra alterado, como por ejemplo el Síndrome de Down donde las malformaciones están presentes y son aparentes desde el momento de nacer.
2.- Alteraciones congénitas. Aquí se encuentran todas aquellas que están presentes al momento del nacimiento pero que no tienen alteración en los cromosomas, como por ejemplo el pie equino varo. En este grupo, podemos mencionar varios tipos de alteración:
– Displasia es una alteración donde hay un desorden en el desarrollo de algún componente, ya sea óseo o muscular. Dentro de las primeras, se encuentran las displasias óseas de las cuales las más comunes son la acondroplasia (enanismo) la osteogénesis imperfecta, etc.
Y, dentro de las segundas, se puede encontrar el pie equino varo o pie bott idiopático, en el cual existe una alteración en el desarrollo de los músculos evertores del pie y ocasiona  el pie zambo. Son alteraciones que no se pueden curar sino que se pueden corregir lo más posible y en algunos casos parecer cerca de lo normal.
– Deformidad: es un desorden del desarrollo dentro del útero materno causado por presión mecánica, como, por ejemplo, el metatarso varo, en el cual si se inicia el tratamiento del bebé al momento del nacimiento su corrección se completará antes de que el niño camine, sin necesidad de llegar a requerir de aparatos o zapatos especiales.
– Disrupción: es un desorden estructural por una alteración extrínseca del bebé dentro del vientre materno como por ejemplo las bandas amnióticas que causan anillos de constricción en las extremidades y su evaluación y manejo desde el momento del nacimiento podrá corregir el más correcto desarrollo de la extremidad y disminuir la repercusión en los sistemas sanguíneo, linfático o neurológico.
– Malformación: es aquel desorden estructural causado por una interrupción en la organogénesis en las primeras semanas del embarazo causando duplicidad o falta de alguna extremidad como por ejemplo la polidactilia (dedos de mas) o la sindactilia (dedos pegados), lo cual se debe de evaluar desde las primeras semanas de vida para poder realizar un programa de corrección.
3.- Alteraciones del desarrollo. Aquí podemos mencionar todas aquellas que no están presentes al momento del nacimiento y que se van adquiriendo como consecuencia de una mala posición, mal apoyo, o mala elección del calzado durante los primeros años de edad

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