La salud de nuestro bebé es una de nuestras principales preocupaciones. La mayoría de estas visitas correrán a cargo del pediatra, uno de nuestro grandes apoyos en los primeros años y la persona que pondrá las bases para que el pequeño crezca sano y fuerte.
En los distintos reconocimientos, el médico medirá y pesará a nuestro pequeño, le administrará las vacunas pertinentes y evaluará su desarrollo psicomotor, entre otros aspectos.
1. Al nacer
El primer examen de nuestro hijo es nada más nacer: se llama test de Apgar. En apenas un minuto se valora:
- La frecuencia cardiaca y la respiración del bebé.
- Su tono muscular.
- El color de su piel.
- Su respuesta a los estímulos externos.
Estas variables nos dan una puntuación de 0 a 10 y su resultado nos informa de cómo ha llevado el bebé el trabajo de parto, de si respira correctamente o si necesita una ayudita. Una puntuación de 7 o más indica buenas condiciones; entre 4 y 6, probablemente necesita algunas maniobras para ayudarle a respirar; y por debajo de 3 requiere reanimación.
Tras el test se le pesa, se mide su altura y el perímetro de la cabeza. Lo normal en un niño nacido a término es pesar entre 2,500 y 4,500 kg, medir entre 48 y 52 cm y tener un perímetro craneal de unos 35 cm.
Para terminar, se le echan unas gotitas en los ojos para prevenir la conjuntivitis. Ahora sí, su primer reconocimiento ha concluido y puede, por fin, descansar con mamá.
2. En el hospital, horas después
La segunda revisión de su vida consistirá en un examen físico exhaustivo. El pediatra del hospital se encarga de realizarlo durante las 24 primeras horas de vida. De arriba abajo, revisa:
- El estado de la fontanela, que es la zona blandita de la coronilla, el lugar donde aún no se han unido los huesos del cráneo.
- La simetría de los ojos, la boca y las clavículas, para descartar que se haya roto alguna durante el parto.
- Ausculta el corazón y los pulmones.
- Comprueba que mueve bien el tórax.
- Revisa las caderas, para descartar luxaciones congénitas o producidas durante el parto, los genitales, piernas y pies.
Esta revisión se repite en todas las visitas que hagamos a nuestro pediatra durante el primer año. Pero además, por primera vez se pincha su talón y se le saca una gotita de sangre que se manda a analizar para descartar ciertas enfermedades como el hipotiroidismo. También nos recordarán que a los cinco días hemos de acudir al centro de salud para hacer otra prueba del talón.
En muchas autonomías se suministra a los recién nacidos la primera dosis de la vacuna de la hepatitis B en el propio hospital.
3. A partir del cuarto día
La primera visita al centro de salud después de nacer el bebé es muy prontito: a partir del cuarto día del nacimiento hemos de acudir para hacer al niño la segunda prueba del talón.
Los resultados llegarán al casa en el siguiente mes y nos indicarán si el niño tiene fenilcetonuria, una enfermedad metabólica que tratada a tiempo tiene muy buena evolución y no deja ninguna secuela. Su incidencia, además, es muy baja.
4. A los quince días
Dentro de las dos primeras semanas de vida, el bebé tendrá su cuarto reconocimiento. Según la comunidad autónoma, la matrona nos visita en casa o somos nosotros los que nos acercamos al centro de salud. Aunque su objetivo es comprobar cómo está la madre, también se interesará por el pequeño. Ella revisará:
- Su estado general. Es normal que pierda peso tras el nacimiento, pero su aspecto físico puede informarnos de si evoluciona o no correctamente.
- Su cordón umbilical. Comprueba si se seca bien y si está a punto de caerse.
- Su piel. Si su color es amarillento, el pequeño puede tener ictericia, es decir, quizá esté teniendo problemas para eliminar bilirrubina.
- Su tono muscular. La movilidad y los reflejos básicos del recién nacido son tres aspectos que el pediatra revisa para saber que todo va bien.
5. Al mes
Es la primera toma de contacto con el pediatra. Se trata del inicio de una larga relación en la que la confianza y la comunicación son muy importantes. Además de las exploraciones físicas, nos dará consejos para crear unos hábitos saludables de vida y un ambiente positivo y alegre tanto para el bebé como para nosotros. Empieza realizándole algunas exploraciones comunes a todas las visitas y otras particulares:
Ya le tomaron las medidas al nacer (peso, talla y perímetro craneal), el médico las seguirá tomando durante todo el primer año. Con ellas vamos construyendo la gráfica de evolución de nuestro hijo y viendo su desarrollo en comparación con los niños de su misma edad. Es lo que conocemos comopercentiles.
Le vuelve a realizar la misma exploración física completa que hizo el pediatra hospitalario, por si hubo algo que no detectó o hubiera surgido alguna dificultad.
El pediatra mira el fondo del ojo del bebé para descartar, sobre todo, cataratas infantiles. También comprueba el reflejo fotomotor del bebé: enfoca una luz cerca para comprobar que cierra los ojos.
Para descartar o detectar precozmente problemas de audición, hace un ruido fuerte para ver si el bebé reacciona.