Un diagnóstico oportuno y una estrategia terapéutica correcta pueden reducir el riesgo de la enfermedad coronaria. Esta enfermedad reduce paulatinamente el flujo de sangre al corazón en forma brusca o progresiva. El cuadro se agrava súbitamente cuando una arteria se ocluye totalmente y se produce un infarto, al interrumpirse la irrigación en una parte del músculo cardíaco.

En la actualidad, la cirugía cardíaca convencional está siendo complementada por técnicas menos invasivas, no sólo para la reparación de arterias que se han estrechado, sino también para implantar prótesis en la válvula aórtica (que regula la salida de sangre del corazón hacia la Aorta). Esta procedimiento, realizado recientemente en el Sanatorio Allende, permite que pacientes de edad avanzada o que tienen enfermedades graves asociadas puedan ser intervenidos sin una cirugía mayor.

En tanto, una investigación difundida recientemente y realizada entre 2007 y 2010 por investigadores del Instituto Modelo de Cardiología (IMC), la escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts (Worcester), la escuela de Medicina de la Universidad Wayne State en Michigan (Detroit) y la escuela de Medicina de Harvard en Boston, Estados Unidos, contribuye a descartar el diagnóstico de infarto en pacientes que llegan a la guardia del hospital con dolor de pecho. Este es un gran avance en el proceso de llegar a predecir este evento agudo.

A comienzos de mes, la Clínica Universitaria Reina Fabiola fue escenario de jornadas sobre avances en cardiología. Allí, el experto australiano Donald Ross defendió el procedimiento de by pass arterial en lugar del venoso, en las obstrucciones de las arterias coronarias. Esta técnica tiene mejores resultados a largo plazo. Tanto Ross, como Daniel Berroca, jefe de Hemodinamia del Hospital italiano de Buenos Aires, presentaron los procedimientos menos invasivos como la mejor alternativa actual para tratar la enfermedad coronaria.

Nuevo procedimiento

Con una expectativa de vida que ronda los 80 años, cada vez son más los pacientes que padecen estenosis aórtica degenerativa senil, una enfermedad propia de los ancianos que se manifiesta con dolor de pecho, falta de aire y pérdida súbita de conocimiento que afecta a hombres y mujeres.

Esto sucede cuando la válvula aórtica se estrecha y endurece por la calcificación propia del paso del tiempo. Tratar a estos pacientes con cirugía convencional es, en muchos casos, riesgoso por las enfermedades asociadas. En 2002, para poder tratar a pacientes mayores o con riesgo específico y con contraindicación de cirugía, el médico Alan Cribier realizó en Francia el primer implante valvular aórtico por cateterismo, una alternativa poco invasiva, por la via femoral. Bajo esa modalidad, se expande la válvula aórtica enferma mediante un catéter balón que se introduce por la arteria femoral. Luego, se introduce la prótesis valvular aórtica plegada en el extremo del catéter. Y, mediante rayos X, se guía la posición del dispositivo. La prótesis es expandida cuando está en el corazón. Este procedimiento, no requiere detener los latidos con una máquina corazón- pulmón y es menos invasivo y traumático que la cirugía tradicional y posibilita su aplicación en pacientes muy graves.

Sin embargo, no todos los pacientes son aptos para ser tratados de ese modo por lo que, en casos específicos, se acude a la via transapical (directo en el corazón). Es la alternativa para los enfermos a los que es imposible introducir la prótesis por la arteria femoral por obstrucciones ateroescleróticas, calcificación extrema, arterias muy finas, entre otros inconvenientes.

En febrero intervinieron por primera vez en Córdoba, y en el interior del país, a dos pacientes de 80 años con una técnica de reemplazo de la válvula aórtica con un implante valvular por vía transapical con cirugía mínimamente invasiva que se realiza con una pequeña incisión en el tórax. La técnica también se denomina “Ivap” (Implante Valvular Aórtico Percutáneo). Las intervenciones fueron realizadas por un equipo interdisciplinario (formado por profesionales de las áreas de cardiología, cirugía cardíaca y hemodinamia) del Sanatorio Allende – Nueva Córdoba.

La válvula aórtica regula la salida de sangre del corazón hacia la arteria aorta que lleva sangre a todo el cuerpo. “La válvula aórtica se abre y se cierra 70 veces por minuto durante toda la vida. Con el paso del tiempo se forma un tejido duro, fibrótico, depósitos de calcio, que hacen que no se pueda abrir”, explicó Hugo Londero, jefe del servicio de Hemodinamia del Allende.

Eduardo Moreyra, jefe del servicio de Cardiología del establecimiento, explicó que, en general, la cirugía convencional es bien tolerada, pero insistió en que no es así en todos los pacientes longevos. “Entre quienes deben ser tratados por estenosis aórtica degenerativa senil, un tercio está muy enfermo desde otros puntos de vista, por lo que la cirugía convencional comporta un riesgo elevado”.

Roque Córdoba, cirujano cardíaco del Allende, ha realizado decenas de procedimientos convencionales. Y, desde 2009, en el servicio de Hemodinamia se realizaron numerosas intervenciones por la vía femoral. Pero el 17 de febrero participó junto con Londero del “equipo del corazón” usando el procedimiento transapical.

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